En septiembre 2016 iniciamos en Durán Arte y Subastas un nuevo proyecto dedicado al arte tribal africano, una disciplina artística en auge en el mercado del arte nacional e internacional y que constituye una sección del coleccionismo que cada vez gana más adeptos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Todos los meses la pieza del mes, una obra acompañada de un estudio que nos ayuda a comprender estas obras no sólo por su estética sino también por su carácter simbólico o ritual.
Una de las principales características del arte tribal africano es que la forma y el simbolismo de la pieza siempre están subordinados a la función de la misma. Por lo que, a la hora de establecer un juicio analítico sobre la pieza, es necesario conocer la utilidad del objeto de estudio en su entorno concreto. Además, es importante tener en cuenta su relación con los mitos y ritos que los rodean. Estos ritos pasan de generación en generación formando parte de la idiosincrasia cultural de las tribus, estableciendo así una vía de comunicación entre lo terrenal y lo espiritual, un vínculo, que ellos mismos consideran fuente de orden y equilibrio.
arte africano está lleno de vitalidad y potencia, de hecho, su gran contundencia sirvió de inspiración para la innovación artística del siglo XX. Artistas como Vlaminck, Kirchner, Klee, Brancusi, Moore, Giacometti, Matisse, Nolde, Derain, Gris o Picasso se sintieron seducidos por la libertad en el tratamiento de las formas y las soluciones plásticas que empleaban los africanos, a menudo, fuera de los parámetros de la imaginación de la cultura occidental. Se trata sin duda de un arte insólito que se aleja de los patrones estéticos occidentales en los que la belleza viene dada por cómo y en qué medida el objeto específico cumple su cometido.
El discurso plástico del arte africano, se basa en la alternancia en la distribución de masa consiguiendo así ritmos sorprendentes con variaciones infinitas, además dicho discurso se reduce a lo esencial patente en la simplicidad geométrica y la combinación de los volúmenes con formas elementales que se yuxtaponen, transforman deforman o desaparecen para poder expresar lo sobrenatural y el discurso espiritual de la cultura africana.
La escultura africana es una manifestación artística que constituye la palabra de los pueblos sin escritura, representa la danza, la creencia y los ritos, así como la oración.
Para la subasta 551 contaremos con un total de 19 piezas procedentes de países como Ghana, Somalia, Mali, El Congo, Angola o Burkina Faso, y que compren del lote 483 al 501.
La pieza del mes de enero es el lote 500, se trata de un fetiche «nkisi» Songye de la República Democrática del Congo realizado en madera. Es un fetiche protector que se caracteriza por la morfología de su vientre. Según los datos recogidos en los años 30 por los misioneros en un pequeño dispensario cerca de Luluaborg, este tipo de «nkisi» fue utilizado para proteger contra la viruela, gran epidemia en aquellos tiempos.
Junto a este lote merece la pena subrayar el 501, una máscara «Kifwebe balume» Songye, de la República Democrática del Congo de madera tallada, un instrumento del que se sirven los nobles y jefaturas de la sociedad secreta «bukishi» para mantener el orden y el control social llegando a ejecutar, si es preciso, sentencias judiciales.
Junto a estas piezas se incluyen interesantes lotes de pintura, escultura, joyas y mobiliario. No te lo pierdas y visita nuestra exposición en la Goya 19 que estará abierta a partir del próximo 15 de enero o consulta nuestros catálogos a través de nuestra página web.
