También llamadas ostensorios, la palabra «Custodia» denomina aquél recipiente para la exposición de la Sagrada Hostia. Las custodias tienen origen a partir del siglo XIII con la aparición de la fiesta del Corpus Christi. Pero no fue hasta el siglo XIV cuando se introdujo en España la costumbre de mostrar la Hostia a los fieles. En un principio se utilizaban cruces, imágenes….Pero ya a finales del siglo XVI se les empieza a dar forma de sol radiante con un viril central, tal y como las conocemos actualmente.
En España, encontramos multitud de ejemplos de Custodias. De tamaños, materiales y formas muy variadas. Pero, hay una que destaca en particular entre todas, La Custodia de la Catedral de Toledo. Es una imponente torre de más de dos metros que en el fondo encierra dos custodias. La primera es de estilo gótico. Fue la Reina Católica a finales del siglo XV quién encargo a Almerique la creación de una custodia. Se utilizo oro traído por Cristóbal Colón de América y se añadieron figuras esmaltadas. Alvez Pérez de Montemayor, por orden del Cardenal Cisneros, compró esta pequeña custodia en la testamentaría de Isabel la Católica en «ciento treinta y cuatro mil ochocientos dieciséis maravedises» y se la regaló a la Catedral en el año 1505. Como era de un tamaño pequeño, el Cardenal Cisneros encargó a Enrique de Arfe otra custodia que alojaría la primera. Éste realizó entre 1514 y 1524 la gran custodia de plata de estilo gótico-flamígero. Tardó siete años en terminarla. La Custodia se compone de un conjunto de pilastras caladas unidas mediante arquillos con filigranas y agujas para formar un templete con la forma de una torre de estilo gótico. Mide más de dos metros y medio de altura y tiene más de 200 kilos de peso (183 kilos de plata y 18 de oro), conteniendo 260 estatuillas, situadas bajo doseletes o pequeñas bóvedas repujadas. Ya a finales del XVI esta gran custodia fue dorada para igualar en color a la anterior.
Otra Custodia relevante en el panorama español, se encuentra en la Catedral de Ávila. Al igual que la «segunda» Custodia de la Catedral de Toledo, el artífice es el platero Juan de Arfe. Aparece la firma del autor «Joannes de Arphe Legion-Facciebat hoc opus. An. 1571». En el basamento aparecen treinta escenas del Antiguo Testamento en medio relieve inspirados en pasajes del Génesis y el Éxodo. Sobre esta base se levantan seis grupos de columnas formando seis torres. El cuerpo remata en un arquitrabe que tiene un friso decorado con follajes y grutescos, y en una cornisa con dentículos o dentellones. Las torres alojan cada una de ellas a una de las virtudes y, encima, están dispuestos seis templetes pequeños que rematan en forma piramidal y una bola donde se encuentran las sibilas. De las columnas interiores surgen seis arcos de media punto rebajados, cuyo intradós está decorado a base de casetones. En las enjutas adornan relieves de angelotes y un friso decorado.
El primer cuerpo está construido según el modelo jónico. Consta de un banco en cuya parte frontal aparece la inscripción «Joannes de Arphe Legion-Facciebat hoc opus. An. 1571». Y su firma nos declara la fecha y el autor de la obra. ; los fustes de las exteriores tienen 24 estrías, según la tradición clásica, apoyadas sobre pedestales cilíndricos decorados a base de grutescos con valor moralizante. Así, la mujer es símbolo de la abundancia y el búho de la sabiduría. Los fustes interiores del templete están decorados con sarmientos, racimos y pámpanos, siguiendo ritmo salomónico y apoyados sobre plintos prismáticos. Los capiteles están adornados con las volutas típicas del orden jónico. El cuerpo remata en un arquitrabe que tiene un friso decorado con follajes y grutescos, y en una cornisa con dentículos o dentellones. Las torres alojan cada una de ellas a una de las virtudes y, encima, están dispuestos seis templetes pequeños que rematan en forma piramidal y una bola donde se encuentran las sibilas. De las columnas interiores surgen seis arcos de media punto rebajados, cuyo intradós está decorado a base de casetones. En las enjutas adornan relieves de angelotes y un friso decorado. En el interior de este grupo, y siguiendo las normas de su padre Antonio de Arfe, dispuso un grupo escultórico en bulto redondo, El Sacrificio de Isaac, como alusión cristológica del sacrificio, del que resalta el movimiento de las figuras más que su expresión 36. Encima cierra este primer cuerpo de la custodia una cúpula con decoración profusa.
Para completar este breve repaso sobre las custodias más relevantes en España, no podemos olvidarnos de la Custodia de la Catedral de Sevilla. Como las dos anteriores, en la creación de ésta, también interviene Juan de Arfe. Lo hará entre los años 1580 y 1587. Mide 3 metros y 90 centímetros, y pesa 475 kilos. Se compone de 5 cuerpos decrecientes de estilo Renacentista. Una reforma posterior de manos de Juan de Segura cambió su aspecto exterior. Con un estilo más barroco, realizaron una peana rodeada por doce jarras y se colocó la escultura de la Inmaculada en el primer cuerpo. Además en su interior aparecen los apóstoles Pedro y Pablo. En la parte externa, los seis doctores de la Iglesia apoyados sobre el basamento realzado con relieves del Antiguo y Nuevo Testamento. El viril de la Eucaristía se encuentra en el segundo cuerpo, rodeado por los evangelistas y en el exterior los doce santos de la diócesis de Sevilla. Como remate, la Trinidad.
Fuera de España, también hay ejemplos destacados de Custodias. Yo diría que la más imponente es la llamada «La Lechuga» Custodia de la Iglesia de la Compañía de Jesús en Bogotá, Colombia. Esta pieza única se compone de oro macizo de 18 kilates, casi diez kilos de peso, 80 cms. de alta y tachonada de 1.759 piedras preciosas.
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