Reseña de la exposición JOAN VILATOBÀ. Museo del Romanticismo. C/ San Mateo, 13. Madrid. Hasta el 21 de septiembre de 2014. Comisario: Josep Casamartina i Parassols. Entrada gratuita a la exposición temporal.
Presentada dentro de la Sección Oficial del programa de PHotoEspaña 2014, esta exposición constituye una cita imprescindible para cualquier apasionado de fotografía, siendo una ocasión muy especial para ver en Madrid una selección de obras de Joan Vilatobà (Sabadell, 1878-1954).
Como recordó el comisario, Josep Casamartina i Parassols, durante la presentación a la prensa, Vilatobà fue uno de los primeros y más destacados representantes de la corriente fotográfica del pictorialismo en Cataluña y sin embargo sigue siendo un artista todavía muy poco conocido por el público.
En la muestra, que se podrá ver hasta el 21 de septiembre en la sala de exposiciones temporales (situada en la planta baja) del Museo del Romanticismo, se presenta una excelente selección de obras realizadas por el artista a principio del siglo XX. El espectador, sea experto o simple aficionado, no podrá quedarse indiferente frente a la belleza y a la gran potencia poética, simbólica y emotiva de estas fotografías.
La nieta de Joan Vilatobà (izq.) hablando con Asunción Cardona Suanzes, directora del Museo del Romanticismo (der.). Museo del Romanticismo, Madrid, junio de 2014. Foto: Durán Arte y subastas.
Como se sabe, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, el pictorialismo reivindicaba la autonomía de la fotografía como medio de expresión artística, en estrecha relación con la técnica de la pintura que tomaba como referencia tanto para sus fundamentos estéticos como para sus pautas formales. De hecho, viendo la muestra se podrá apreciar como la representación de temas cercanos al idealismo romántico, a veces con una profunda carga alegórica y dramática, otras veces más inspirados en lo sublime, la sensualidad o el exotismo; la composición rigurosa; las posturas escenificadas con modelos; las expresiones tipificadas; el cuidado extremo de las luces y de su valor volumétrico y simbólico son sólo algunos de los aspectos más característicos del impecable estilo personal de Vilatobà. En este link se puede ver una galería fotográfica digital de la exposición, realizada por el mismo Museo del Romanticismo.
Tras un periodo inicial de formación artística como pintor en Sabadell y después de su estancia en París, donde estuvo en contacto con el ambiente más avanzado de la época en el ámbito de la fotografía, en 1891 el artista regresó a su ciudad natal. En 1903 abrió su propio estudio fotográfico ganándose el éxito como retratista y convirtiéndose en muy poco tiempo en uno de los fotógrafos artísticos más reconocidos de España. Desarrolló su trabajo a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XX, con un pico de creatividad e intensidad productiva entre 1903 y 1910.
La exposición que presentó en Madrid en 1905 supuso su gran consagración. En 1910 expuso también en Valencia y en Bilbao y sucesivamente en otras ciudades de España, hasta que en 1919 volvió a Madrid con su primera, y exitosa, gran retrospectiva en el Circulo de Bellas Artes. Las más de dos mil placas de vidrio y las fotografías al carbón, plata y platino que realizó durante su vida han sido depositadas recientemente por sus descendentes en el Archivo Histórico de Sabadell.
Las obras que se pueden ver actualmente en el Museo del Romanticismo están organizadas por el comisario según las tres áreas temáticas que Vilatobà privilegió a lo largo de su trayectoria artística: el paisaje, las figuras y las composiciones. Las fotografías de paisajes, menos conocidas, fueron las primeras que realizó a partir de 1903. Las fotografías de género (composiciones), que realizó sobre todo entre 1903 y 1906, constituyen en cambio la parte más celebrada de su trabajo. En estas obras la relación con la pintura, y especialmente con la iconografía del Siglo XIX, es más que nunca evidente. En ellas se presenta una gran tipología de personajes representados con valor moral y alusivo. Finalmente, los retratos evidencian una atención especial, típicamente romántica, al cuerpo, como lugar de belleza y sensualidad pero también de testimonio del paso del tiempo, y a la representación de los tipos sociales y culturales.
Recomendamos la visita de esta exposición tanto por su importancia desde un punto de vista histórico y didáctico como por su valor estético y poético fuera de lo común.
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