Reseña de la exposición MANUEL VILARIÑO. SEDA DE CABALLO. Hasta el 24 de noviembre de 2013. TABACALERA. ESPACIO PROMOCIÓN DEL ARTE (C/ Embajadores 51. Madrid). Comisario: Fernando Castro Flórez. Entrada Libre.
Presentada dentro de uno de los espacios expositivos más sugerentes de Madrid, esta retrospectiva sobre la obra de Manuel Vilariño (A Coruña, 1952) es una de las propuestas más interesantes de este otoño en el panorama expositivo de la capital.
Artista visual (esencialmente, fotógrafo) y poeta, Vilariño es uno de los artistas españoles contemporáneos más reconocidos, tanto a nivel nacional como internacional. Su trayectoria, empezada a comienzos de los años ochenta, culminó en 2007 con el Premio Nacional del Fotografía del Ministerio de Cultura de España y con la participación en la muestra “Paraíso fragmentado”, comisariada por Alberto Ruiz de Samaniego en el Pabellón de España de la Bienal de Venecia.
Bajo el título “Seda de caballo”, la exposición ha sido comisariada por Fernando Castro Flórez, quien ha seleccionado cerca de cien obras del artista, realizadas desde 1981 hasta la actualidad. Sin ser un repaso completo y exhaustivo de su trayectoria, sin embargo refleja los aspectos más característicos de la estética y del imaginario del artista. Se trata de un recorrido, visual y emocionalmente intenso, a través de la poética de Vilariño y de sus temáticas más típicas. En este link se puede descargar gratuitamente el folleto online en formato PDF de la exposición.
El escenario en el que se ha ambientado este recorrido tan evocador es el de la Tabacalera. Espacio Promoción Del Arte, en la que fue la Antigua Fábrica de Tabacos de Madrid. Ubicado en calle Embajadores de Madrid, el edificio fue construido entre 1780 y 1792 como parte de la política borbónica de transformación de Madrid. Inicialmente destinado a ser Real Fábrica de Aguardientes y Naipes, fue convertido en Fábrica de Tabacos y Rapé en 1809 y mantuvo su utilización como fábrica de tabaco hasta finales del siglo XX.
En la exposición se pueden ver algunas de las obras más significativas de Vilariño, como por ejemplo “Paraíso fragmentado” (1999-2003), un mosaico de naturalezas muertas formado por 15 fotografías que crean, entre todas, una composición única donde el color y la idea de la muerte tienen un valor esencial. También se pueden ver fotografías de gran formato, un video y dos instalaciones.
Entre las instalaciones, cabe destacar “Seda de caballo”, pieza que da el título a la entera exposición. La obra consiste en una esfera de 125cm de diámetro, compuesta por madera de cedro y colas de caballo. En ella el animal, al igual que en una gran parte de la obra del artista, desempeña un papel de absoluto protagonista. De gran belleza formal y enorme valor poético es también la serie de fotografías “Montañas y océanos”, que cubren las paredes de las dos últimas galerías de la exposición.
Recorriendo la muestra por las naves aparentemente abandonadas de la Tabacalera, el espectador se adentra poco a poco en el profundo mundo poético de Vilariño. Un mundo ambiguo e incierto, que es al mismo tiempo inquietante y fascinante. de la s naves aparentemente abandonadasrdadera, y por tanto,stas mEn EEn palabras del comisario Fernando Castro Flórez: “El horizonte de pureza estremecedora de las fotografías de Manuel Vilariño hace que nos enfrentemos a una estética de una belleza poética incomparable, exigente y sutil, verdadera y, por tanto, sombría”.
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