Reseña de la exposición LA MODA ROMÁNTICA. Museo del Romanticismo. C/ San Mateo, 13. Madrid. Hasta el 5 de marzo de 2017. Comisario: Eloy Martínez de la Pera.
Esta semana te recomendamos una exposición temporal que es un auténtico viaje en el tiempo hacia el siglo XIX. Se trata de La moda romántica, una propuesta que une arte, moda, historia y sociedad. Podrás verla, hasta el próximo 5 de marzo, en el Museo del Romanticismo de Madrid.
La muestra está compuesta por un total de 22 modelos originales de indumentarias del siglo XIX, femeninos y masculinos, procedentes del Museo del Traje y el propio Museo del Romanticismo. Vestidos de gala, goyescos, vestidos de paseo, trajes de novia, levitas, fracs y chalecos de caballero se exhiben en el contexto de las salas del museo, donde, desde hace casi un siglo, se recrea el extraordinario ambiente de una casa de la clase alta decimonónica.
En este vídeo puedes ver algunas imágenes de estas estupendas piezas de moda de la época y escuchar las palabras del comisario de la exposición, Eloy Martínez de la Pera Celada, director general de la empresa [sintitulo] proyectos, miembro de Patronato de la Fundación Cristóbal Balenciaga y asesor para museos sobre la relación entre arte y moda:
La moda, un fenómeno social típico del siglo XIX
Periodo de grandes transformaciones técnicas, culturales y políticas, el siglo XIX marca el pasaje de la época moderna a la contemporánea. El ascenso de la burguesía como protagonista de la vida social; la industrialización; la internacionalización del comercio, de los gustos y de las costumbres; el advenimiento de inventos revolucionarios, como la fotografía, el ferrocarril o los barcos de vapor, favorecieron el nacimiento y la rápida difusión de la moda.
A lo largo de esa centuria empezaron a hacerse famosos los primeros grandes sastres con firma propia. Asimismo, por primera vez en la historia, los cambios de temporada con sus tendencias innovadoras empezaron a ser mirados con gran atención y expectación, tanto por el público femenino como por el masculino. En este sentido, el nacimiento de la moda se puede considerar como uno de los fenómenos sociales de mayor interés del siglo XIX. Fue entonces cuando aparecieron las primeras revistas de moda en casi todos los países de Europa y Estados Unidos. Sólo en Madrid, se calcula que, entre 1833 y 1869, se editaron alrededor de 30 publicaciones dedicadas a la moda.
Como explica el comisario de la exposición: «Hacia la segunda mitad del siglo XIX se dan varias circunstancias que permiten a un segmento mucho más amplio de la población poder disfrutar de la moda y sus últimas tendencias. La aparición de los grandes almacenes en la década de 1850 contribuye espectacularmente a esta expansión, permitiendo a los nuevos clientes acceder a una mayor variedad de mercancías y a precios más razonables».
Un viaje a través de un estricto protocolo asociado al vestuario
Organizada por el Museo del Romanticismo, en colaboración con el Museo del Traje CIPE de Madrid y la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, La moda romántica hace hincapié en los usos sociales del traje a lo largo del período romántico, esto es, en las reglas estéticas y de comportamiento asociadas al vestuario y en la observancia de las rígidas costumbres establecidas por el protocolo según las distintas ocasiones, horas del día y tipologías de acontecimientos en los que se participaba.
Recorriendo las salas del museo se podrá apreciar especialmente la evolución de los trajes femeninos desde comienzos de siglo hacia finales del reinado de Isabel II (1833-1868). A través de estas maravillosas obras originales de sastrería, el espectador podrá darse cuenta por ejemplo de las transformaciones que sufrió con el tiempo la silueta femenina, pasando de la sencillez neoclásica del vestido estilo Imperio al desarrollo del busto y las mangas sobresalientes, típicas de los años 30, hasta llegar a las faldas exuberantes y voluminosas de los años 60, ahuecadas con crinolinas. También se podrán admirar prendas de moda infantil y de indumentaria adulta masculina.
Entre otras piezas cabe destacar sin duda la levita que perteneció a Mariano José de Larra (1809-1837) y que fue donada al Museo del Romanticismo por un descendiente suyo, junto con otros objetos como la camisa que el escritor llevaba el día de su muerte, un chaleco, unos tirantes y diversos documentos. Tampoco podemos dejar de mencionar un magnífico traje de satén de color negro y coral con decoración de aplicación de pasamanería (1865-1868, Museo del Traje); un traje de baile en sarga Batavia de seda en color azul con aplicación de encaje (1860-1865, Museo del Traje) o un vestido de novia en seda labrada de color marfil que dibuja líneas verticales de perfil dentado, alternando los efectos de rayado mate y brillo (1840 circa, Museo del Traje) entre otros. Además de los 22 modelos de indumentaria, se presentan al público una serie de fotografías estereoscópicas con imágenes de comercios y talleres e imágenes de revistas de moda de la época.
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